viernes, 24 de mayo de 2013

TABACO: UNA VERDADERA ADICCION

Durante las últimas décadas, el tabaquismo se ha convertido en uno de los problemas de salud más severos, al encontrarlo relacionado con diversas enfermedades graves, ya que va ocasionando daños irreversibles en la mayoría de los órganos del cuerpo.

Hay pocas enfermedades que tengan una incidencia tan alta en la población como el tabaquismo. De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud realizada por el Ministerio de Sanidad, el 34% de los españoles mayores de 16 años se declara fumador. El grupo con un porcentaje más alto de fumadores es el de personas con edades comprendidas entre 24 y 44 años, pero el consumo de tabaco comienza en la adolescencia.

Esta enfermedad, considerada como una adicción de riesgo voluntario, es muy difícil de abandonar y controlar, por lo que una vez iniciado el hábito es sumamente difícil dejarlo. La nicotina es una sustancia con gran capacidad adictiva. Cada vez que el fumador da una calada a su cigarrillo, la nicotina que inhala pasa directamente a su sangre a través de los alveolos pulmonares, alcanza el sistema nervioso central y estimula el sistema dopaminérgico mesolímbico, la parte del cerebro responsable de regular nuestras sensaciones de placer. Al estimular ese centro, se produce una sensación placentera que despierta en la persona que ha inhalado la sustancia el deseo de consumirla otra vez, creando en poco tiempo una adicción similar a la que provocan la heroína y la cocaína. El conocimiento de este mecanismo fisiológico ha provocado que en la actualidad, el tabaquismo se considere una drogodependencia. De hecho, la Organización Mundial de la Salud la ha catalogado como "enfermedad adictiva crónica" en la última edición de su Clasificación Internacional de las Enfermedades.

¿Cuales son los beneficios de dejar de fumar? 
  • Para la salud: La mejoría se empieza a sentir nada más abandonar el tabaco y va aumentando gradulamente hasta que pasados unos quince años el riesgo de muerte del exfumador se iguala con el de una persona que nunca haya fumado.
  • Para la autoestima: Dejar de fumar hace que estas personas se sientan más fuertes, pues ha sido capaces de controlar su adicción, y les proporciona una nueva sensación de libertad. 
  • Para el bolsillo: Dejar de fumar supone una reducción considerable de los gastos diarios.
  • Para disfrutar de la vida: Pro si esto fuera poco, la persona que deja de fumar experimenta a las pocas semanas una mejoría en sus sentidos del gusto y del olfato. Al dejar de fumar, los olores y sabores regresan en todo su esplendor y el antiguo fumador puede volver a disfrutar de las comidas, los perfumes, los aromas naturales...
  • Para el aspecto físico: El conocimiento científico ha confirmado que la piel de los fumadores tiene más tendencia a desarrollar arrugas que la de los no fumadores. La piel del fumador es más seca y las sustancias tóxicas del humo del cigarrillo actúan sobre ella rompiendo las fibras del colágeno, lo que provoca la aparición de arrugas. Tampoco hay que olvidar que muchos fumadores, a pesar de seguir unos escrupulosos hábitos higiénicos, tienen manchas de nicotina en los dientes y en las uñas, su pelo y su ropa huelen a tabaco y su aliento es poco agradable. 
Rocío Gay 

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