viernes, 31 de mayo de 2013

LSD, EL ORIGEN: HOFFMAN Y LA BICICLETA

Hoy toca hablar un poco del LSD, también conocido como dietilamida de ácido lisérgico y comúnmente conocido como ácido, pero no os voy a describir sus efectos, si no que voy a contaros como fuer descubierto, historia curiosa donde las haya. 

Su descubridor fue el químico suizo Albert Hoffman, sintetizó por primera vez la sustancia en 1938 y en 1943 descubrió sus efectos por accidente durante la recristalización de una muestra de tartrato de LSD. Este científico sufrió los efectos casi sin darse cuanta. En su diario, Hoffman escribió que abandonó el laboratorio y partió a su casa, afectado por una notable inquietud, combinada con un ligero mareo. Hoffman cuenta que mientras reposaba en su cama cayó en un estado similar a la ebriedad, no desagradable, que se caracterizaba por una estimulación extraordinaria de la imaginación. En un estado similar al ensueño con lso ojos cerrados contemplaba series ininterrumpidas de imágenes fantásticas, formas extraordinarias con patrones de colores intensos. EL estado duró unas dos horas pasadas las cuales remitió. Hoffman pensó que estos efectos psicoactivos se debían a que había absorvido accidentalmente una pequeña cantidad de LSD-25 por vía cutánea. Tres días después, tomó una dosis mucho mayor para poner a prueba sus efectos; este día pasó a se conocido más tarde como "el día de la bicicleta"

El doctor Hoffman ingirió 250 microgramos, sin embargo pronto descubrió que la sustancia tenía una potencia superior a la de casi cualquier otra conocida en la época, por lo que la dosis que se administró era en realidad superior a la que más tarde se aconsejo para fines terapéuticos. Tras ingerir la sustancia, Hoffman sintió que le costaba hablar de forma inteligible y pidió a su asistente de laboratorio, que estaba al tanto de experimento, que le acompañase en su viaje a casa en bicicleta, pues, por las restricciones del periodo de guerra, no había automóviles disponibles. Durante el viaje a casa, el estado de Hoffman se agravó, y en su diario escribió que todo lo que había en su campo de visión ondulaba. Aunque avanzaba velozmente, tuvo la sensación de que permanecía inmóvil. Cuando llegó casa, llamó a un doctor y pidió a su vecina algo de leche, creyendo que le ayudaría a recuperarse. Hoffman hace notar que a pesar de su estado delirante, fue capaz de escoger con lucidez leche, por su calidad de antídoto no específico contra el envenenamiento. 

Cuando llegó el médico, no encontró ningún síntoma físico anormal, salvo las pupilar extremadamente dilatadas. Tras pasar varias horas aterrorizado, convencido de que un demonio había poseído su cuerpo, de que su vecina era una bruja y de que el mobiliario de su casa le amenazaba, Hoffman pensó que había enloquecido que había enloquecido por completo. En su diario, Hoffman indica que el doctor decidió no medicarlo y enviarlo a la cama. Una vez acostado, Hoffman sintió que le pa´nico comenzaba a dar paso a una sensación de buena suerte y gratitud. Finalmente, Hoffman se quedó dormido y despertó al día siguiente fresco y con la mente clara, aunque cansado

Años después el LSD pasaría a ilegalizarse. 

Sergio Rayo

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