jueves, 21 de febrero de 2013

NOMOFOBIA: ADICCION AL TELEFONO MOVIL

Talvez no has oído hablar de esta palabra, pero si que has experimentado en primera persona la ansiedad que te genera olvidarte el móvil en casa. Parece mentira que muchos hayamos vivido años sin estos aparatos y ahora estemos casi perdidos si se nos estropea, lo perdemos, lo olvidamos en casa o, simplemente se queda sin batería, Tanto, que los expertos hablan ya de esta nueva patología, que afecta a todos aquellos que pueden llegar a sentir ansiedad por sentirse desconectados del resto del mundo.

Estamos, pues, ante un nuevo trastorno del comportamiento, definido como el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. El término es una abreviatura de la expresión inglesa "no-mobile.phone phobia". Un problema, que según investigaciones realizadas por el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad afecta a casi el 53% de los usuarios de teléfonos móviles, que reconocen sentir ansiedad cuando "pierden su teléfono móvil, se les agota la batería, el saldo, o no tienen cobertura en la red.

El padecimiento procede de un hecho bien conocido: el 96% de los españoles tiene móvil, el 33% de los españoles navega por Internet a través de su teléfono y casi 10 millones de españoles utilizan Whatsapp para enviar mensajes o fotos.

Salir a la calle sin móvil puede crear inestabilidad, agresividad y dificultades de concentración (síntomas típicos de los trastornos de ansiedad). Suele estar acompañada de síntomas tales como malestar general, hipervigilancia, inquietud, temor a estar desconectado o aislado: sentir que el teléfono o las conversaciones mantenidas generan tranquilidad, comprobación constante te la recepción de mensajes, mails y visitas a las aplicaciones de redes sociales, consulta permanente de noticias, preocupación desmedida por lo que pudiera suceder si la persona no está conectada, crisis de pánico, agorafobia.

Los jóvenes de entre 18 y 24 años son los más propensos a padecer nomofobia. Dentro de este rango, el 8% de los universitarios padecen este problema.

Este padecimiento creció el 13% en los últimos cuatro años, debido a que cada vez son más los consumidores que se ven atados a sus teléfonos inteligentes y que la tecnología es cada vez más accesible y económica.

Rocío Gay

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